La novedad del día es que todo en el Centro Democrático lo hace y decide Álvaro Uribe –sarcasmo- y es por esta razón, que a él mismo le toca imponer orden entre las decisiones de sus súbditos, guiados por esto, los aspirantes al aval del Senador para las elecciones presidenciales, los tres aún activos y las dos eliminadas, firmaron un acuerdo al que denominaron ‘anti-traición’ para asegurar su permanencia en el partido, con los ideales de Uribe y el apoyo incondicional al compañero que salga victorioso de la contienda interna para escoger candidato.
Con esto se pretende ratificar el mando del expresidente en su propio partido –porque todos los que pertenecen a éste son personas de fiar por lo visto – para de esta forma asegurar que la persona que los represente tenga las herramientas y soporte de los demás aspirantes.
Esta medida se convirtió en necesaria para el partido en razón a las molestias causadas por la decisión del líder de lanzar lista abierta para las próximas elecciones de Senadores y Representantes a la Cámara, de esta manera aseguran sus posturas y dejan en claro quiénes son los que mandan dentro del partido.
De esta forma “el que diga Uribe” tendrá a su deposición los cimientos y el aliento de sus derrotados compañeros y, además, de toda la militancia uribista para ver si logran quitarle el mando al que Uribe montó hace años, pero que ahora no lo quieren, y por eso ahora sí van a querer al que monten, no como el anterior, esta vez sí va en serio.
El documento que consta de 6 consideraciones a su vez con 9 clausulas, exclama textualmente que se deberán respetar y obedecer los resultados del mecanismo de selección uribista – el reality – y quien salga victorioso de dicha contienda, tendrá que tener el apoyo de los demás participantes y de la maquinaria que estos arrastran consigo, según la Revista Semana.
Además, aclaran la postura del partido ratificándose como militantes de la derecha, cuya prioridad es defender los ideales del Senador con base en las políticas ya aclaradas por éste en sus años de labores, tales como la seguridad democrática, la confianza inversionista, el dialogo popular y demás que sustentaron los mandatos del ex presidente.
Agregado a la defensa ideológica del partido y demás reglas “anti-traición”, el documento expresa sobre las futuras alianzas a realizar y el respeto que se debe tener por estas, como lo es la ya asegurada coalición con el ex presidente Pastrana, además de la posible adhesión de el ex procurador Ordoñez y la candidata Martha Lucía Ramírez, básicamente, cualquiera que haya hecho militancia en ideales similares a los del Centro Democrático, es decir, los que votaron “NO” al plebiscito por la paz y todos los que se declaren como “anti-Santistas”. Todo lo anterior, claro está, será decidido por Uribe.
Con todo esto, Uribe pretende asegurar que no le vuelva a pasar la del “hijo pródigo” que nunca regresó, su querido Santos, que después de haber sido “el que diga Uribe”, tomó rumbo apartándose totalmente de los ideales del ex presidente y convirtiéndose prácticamente en una de las figuras que más ha contrariado a su mentor, por ahora.