La continuidad en el poder y la corrupción son características casi inseparables en la política colombiana. Durante décadas las mismas familias se han atrincherado en los altos cargos y su pretensiones de corrupción van ligadas al clientelismo y al favorecimiento de su mismo núcleo.
Es así como llegamos a un punto que se vislumbra como crítico respecto la perpetuidad de los políticos de siempre, y es que según lo informado por la Fundación Paz y Reconciliación, para las elecciones de Senado y la Cámara de 2018, las mismas familias podrán llegar a controlar el 35% del Congreso en el caso de ser elegidos.
Según la fundación, en los departamentos de Atlántico, Santander, Córdoba, Nariño y Cesar, son donde se encuentran la mayoría de los continuistas de la política, que además de la prolongación de sus planes políticos con sus familiares, la gran mayoría se han visto involucrados en casos de corrupción e ilegalidad.
Varios de los herederos actuales de las curules en el congreso son familias directas de los involucrados en el escándalo de Oderbrecht y por vinculaciones con grupos ilegales.
En el informe presentado por la Fundación, se afirma que la mayoría de los “clanes” conformados por las mismas familias, tienen sus sustento y continuidad en la “ilegalidad, dineros ilegales, clientelismo, tráfico de influencias, corrupción”, según lo expresado por León Valencia, director de la Fundación Paz y Reconciliación.
Destaca, además, el subdirector Ariel Ávila, que el porcentaje de 35 es abarcado por alrededor de 10 familias y recalca como absurdo que habiendo 48 millones de habitantes, sólo 10 familias ocupen más de un tercio de las posiciones importantes del congreso.
Algunos de los casos que abusan de esta modalidad son: Nadia Blel, hija del ex congresista Vicente Blel, del departamento del Atlántico. Blel fue condenado por vinculación con grupos paramilitares.
Alfredo Ape Cuello Baute, señalado por ser uno de los tres congresistas vinculados con Otto Bula, en los actos de corrupción relacionados con el otorgamiento de contratos para la ejecución de la vía Ocaña-Gamarra según lo informado por Eleuberto Martorelli, ex director de Oderbrecht. Alfredo Ape representante del Cesar, buscara ser reelegido en la Cámara apoyado por el Partido Conservador.
Richard Aguilar, quien apoyado por Cambio Radical, pretende llegar al senado, es hijo de Hugo Aguilar, quien fue condenado por la Corte Suprema de Justicia por estar vinculado con grupos paramilitares, el representante de Santander, está condenado a 9 años de prisión.
José Alfredo Gnecco, representante del Cesar, buscará ser reelegido en apoyo del partido de la U su padre es Lucas Gnecco y su tía Cielo Gnecco, apoyaron su entrada al Senado, acompañados del ex gobernador de la Guajira ‘Kiko’ Gómez, quien paga una pena de 55 años en la cárcel por homicidio agravado.
Samuel Alberto Escrucería Manzi, representante del Nariño fue el primer congresista del país a quien se le hizo perder la investidura por actos contra la ley, pretende dar continuidad a sus planes dejando a cargo a su hijo Rafael Alberto Escrucería, quien será impulsado por el Partido Liberal.
Ciro Rodríguez, representante de Norte de Santander, involucrado también en los escándalos de Oderbrecht, continúa atrincherando su posición en la Cámara de representantes, de la cual no pretende ceder su curul, a pesar de los señalamientos.
Dos casos ya bastante sonados, y recientemente informados, son los de Musa Besaile, y Bernardo ‘Ñoño’ Elías, ambos del departamento de Córdoba, los cuales recientemente aceptaron cargos por los escándalos del ‘Cartel de la Toga’ y los sobornos de Oderbrecht, respectivamente; darán continuidad a su planes políticos permeados de corrupción con sus hermanos, Jhony Besaile y Julio Elías, ambos conservando las curules del partido de la U.
Ahora, teniendo en conocimiento que son las mismas familias las que continúan corrompiendo el sistema político y judicial del país, es hora que los colombianos cambiemos esto a través de las urnas, no permitiendo más descaros por parte de los de siempre y renovando de manera total los altos cargos del país.