Hace unas semanas la representante a la Cámara, María Fernanda Cabal, desató una polémica porque manifestó que la masacre de las bananeras no había ocurrido, que eso era un mito histórico que se habían inventado personajes de la izquierda, pero después intentó rectificar diciendo que lo que había sido era una “confrontación armada” entre los trabajadores y la fuerza pública.
Esas palabras ayudaron a que decenas de académicos del país e historiadores le enviarán cartas a la congresista para que rectificara lo que había dicho y aclarándole lo que realmente sucedió durante esa época sangrienta para el país.
El pasado martes, el senador por el Centro Democrático, José Obdulio Gaviria, publicó una columna en la página de la fundación centro de pensamiento primero Colombia que él dirige, debatiendo los argumentos que había esgrimido María Fernanda en toda su parafernalia montada alrededor de la masacre de las bananeras.
Iniciando con una premisa en el escrito y asegurando que ningún partido político puede ser ajeno a la historia del país en el que actúa y además, los militantes de un partido no tienen qué coincidir, necesariamente, en la apreciación de los hechos históricos y la valoración de sus protagonistas, comienza a emitir todas sus posiciones en contra de lo que había dicho su compañera de trabajo.
En los últimos días hemos publicado diferentes noticias en donde se evidencia una fuerte ruptura entre los lazos de trabajo y amistad en el uribismo, toda vez que se han tomado diferentes decisiones que no han puesto de acuerdo a la mayoría de los que, supuestamente, fungen como líderes del Centro Democrático.
“Intentar construir un estado de ‘confrontación de dos actores armados’ para deconstruir el concepto ‘masacre de trabajadores’ realizada por soldados del ejército, es la cosa más artificiosa que pueda ocurrírsele a alguien”, comentó en una parte del texto.
A su vez manifestó que no era posible que existiera una confrontación armada porque dichos trabajadores lo que tenían en sus manos era un papel con diferentes peticiones para que les fueran cumplidas y aseguró que el ejército colombiano en esa época se asemejaba al de España o la guardia Nacional de Estados Unidos y era mucho mejor que las fuerzas armadas de Alemania.