Uno de los más reconocidos diarios a nivel mundial de origen ingles, ‘The Economist’, publicó una llamativa y controversial portada dedicada al presidente Juan Manuel Santos, a quien caricaturizaron a través de una paloma de la paz posada sobre la cabeza de una estatua, la cual tiene varias marcas por heces del pequeño pájaro.

En el contenido del diario evaluaron algunos de los principales logros del mandatario, y reiteraron que será recordado por los acuerdos de paz.

Según escribe ‘The Economist’, el logro concretado por Santos en la mesa de la Habana con la guerrilla de las Farc, le permitirá tener un lugar en la historia, pues el hecho de haber acabado con una guerra de más de cinco décadas, dio lugar a nuevos procesos democráticos y el desarrollo político dentro del país, lo cual resulta destacable.

El diario se cuestiona además como es que a pesar que Juan Manuel Santos deja el país “en una mejor condición” a la que lo recibió, este siga siendo tan impopular. Destacan hechos como que la pobreza, la desigualdad de ingresos y el desempleo sean menores que en 2010; la creación de autopistas, al punto de triplicar las que ya existían; una notable reducción de la tasa de homicidios hasta en un 35%; la delimitación de un área ambientalmente protegida, que tiene “el tamaño de Italia” y la mejora en los derechos humanos del país.

Derivado de esto, ‘The Economist’ aclara que Santos está lejos de ser perfecto, pero que en definitiva entrega el país en una mejor condición a la que se lo relevó su predecesor Álvaro Uribe Vélez, retratándolo a través del parafraseo de unas palabras del mandatario: “Hace ocho años, Colombia era la oveja negra de la región y del mundo… Hoy Colombia es respetada”, dice Santos.

Dentro del artículo dan lugar a una pequeña explicación de Juan Manuel sobre su impopularidad, en la que admite que nunca creyó que los alcances de la pos-verdad y su propaganda negra en contra de la paz, pudieran tener el poder que tuvieron, lo cual fue más efectivo de lo que imaginó, y al momento en que se dio cuenta de lo que sucedía, ya era demasiado tarde para revertirlo.

Igualmente se plantean preguntas sobre por qué no se reconoce en Colombia tanto los logros de Santos, manifestando que a este le falta popularidad, pero que dejó para el país un acuerdo de paz que deberá tener continuidad con el ahora presidente electo, Iván Duque.

Traen a colación la posición de muchos colombianos, que contradicen los acuerdos porque quieren penas bastante fuertes para los guerrilleros desmovilizados, lo que los ha llevado a considerar al presidente como muy suave.

“Tienen todo el derecho a decir eso, pero si las cosas no fueran como son, no habría paz”, comenta ‘The Economist’.

El diario deja sembrada la idea que el mayor contradictor de Juan Manuel Santos, es el expresidente Uribe, destacando que este se encuentra enfrentando una investigación por la presunta manipulación de testigos para favorecerse a sí mismo de los falsos testimonios, dentro de los casos en los que se le acusa de tener presuntos nexos con paramilitares. Puede leer el artículo acá The Economist.

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