En estos días se han vuelto costumbre los señalamientos entre políticos, para luego denunciarse entre sí por el delito de injuria y calumnia, aunque los jueces se han prestado para hacer más rápido el trámite por medio de la acción de tutela.

Pero surge la duda sobre si las acusaciones que se realizan corresponden a la realidad que, aunque dentro de sus andanzas políticas saben que es verdad, no logran demostrarlo ante la justicia porque es completamente difícil o imposible.

La pregunta nace después de una publicación de un usuario en twitter llamado , el cual recuerda un hecho lamentable que sucedió para la década de los 80′ en Colombia, cuando estaba en su apogeo el narcotráfico.

Resulta que en ese momento era ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla, el cual fue asesinado posteriormente por el temido Pablo Escobar Gaviria, según recordó su hijo en uno de sus libros sobre la vida del narcotraficante, reseña Semana.

Rodrigo llegó a esa cartera para destapar todas las ollas podridas de los políticos y sus nexos con los criminales que exportaban cocaína. Entre las primeras intervenciones denunció a personajes del fútbol, la economía y la política, pero especialmente a Pablo Escobar, el cual se encontraba, descaradamente, siendo parte del Congreso de la República como representante a la Cámara suplente por Antioquia, según explica ElEspectador.

Por esas acciones valientes, empezaron a atacarlo los que estaban inmiscuidos en esos temas delictivos, tratando de dañar su imagen con montajes judiciales. Curiosa y descaradamente, el mismo Escobar denunció a Lara porque había dicho que era narcotraficante; en ese sentido, la justicia recibió la acción judicial por injuria y calumnia en contra del Ministro, y falló a favor del antaño delincuente.

En el video que comparte el mencionado , se puede ver a Pablo diciendo que Bonilla tenía un plazo de 24 horas para entregar a la justicia las pruebas en su contra sobre su pertenencia al narcotráfico, además de decir que se estaba dañando su buen nombre, debido a que su dinero venía de los negocios en ganadería, entre otros.

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