A Colombia nunca le han tocado fácil los sorteos, la mala suerte siempre ha acompañado a la tricolor a la hora de definir los enfrentamientos, colocándolo siempre en el famoso “grupo de la muerte”, y no, no estamos hablando de fútbol, que por supuesto nos tocó un grupo en el que “sí hay partidos ganables”, no, estamos hablando del “grupo de la muerte política”, ese grupo que causa terror con sólo imaginarlos entrando a la contienda; el grupo que tiene todas las estrategias para dejar a al final de la tabla a los países más ricos en todos los sentidos.

Tenemos primero, el equipo “República Centromocrática” de Álvaro Uribe Vélez, es ese equipo que tiene un gran precedente de participación en las contiendas, que conserva aún todos sus adeptos antiguos, pero que hace años no gana nada, sin embargo, sigue estando en todos lados. Su estrategia se basa en los contraataques por la derecha, es una estrategia simple en la que todos los integrantes del equipo se quedan parados en un solo lado esperando los errores del equipo contrario para contraatacar rápidamente, para al final darse cuenta que nunca tienen el balón; su fortaleza es la confusión, todos los jugadores usan la camiseta con el mismo apellido atrás “Uribe”, con esto tratan de confundir a sus rivales, haciéndoles creer que su mejor jugador siempre tiene el balón, aunque nunca lo obtengan.

Segundo, entrando al “grupo de la muerte”, viene el equipo “Coscorronia” de Germán Vargas Lleras, un equipo agresivo y peligroso, tiene los mejores patrocinadores y recursos infinitos para financiar sus estrategias, tienen la hinchada más grande y peligrosa del país, equiparable con los hooligans. Son una cantidad exagerada de adeptos que se unieron firmando planillas, a pesar que la mayoría no tienen ni idea de por qué firmaron, siguen al equipo solamente por seguir a la mayoría; sus jugadores son problemáticos y casi siempre son expulsados por repartir coscorrones en los escenarios. Su fortaleza es la Fiscalía General, con esta se aprovechan cada vez que les toca un rival fuerte, mueven sus influencias para que al equipo lo persiga la ley y no puedan participar al final, y de esta manera continuar comprando victorias con los recursos que se roban de los organizadores.

En tercer lugar, tenemos el equipo “Quemalibros” de Alejandro Ordóñez, un equipo exageradamente conservador, juegan aún con las reglas de hace más de un siglo, y quieren que todos acepten estas reglas como las únicas posibles; se han dedicado a quemar los reglamentos para que nadie tenga idea de lo que se debe hacer y así todos se adapten a sus creencias. Su error estuvo en que desconocen que ya existe el internet y que los reglamentos están en formato virtual también. En este equipo se dedican a atacar a las minorías, se acumulan entre varios y atacan al tiempo. Su hinchada está conformada por todas las iglesias de origen cristiano, las cuales defienden a ciegas su equipo, a pesar que este ya fue destituido una vez. Este equipo no tiene muy buenos jugadores, por lo que su estrategia más actual ha sido pedirle jugadores al equipo de Uribe.

Y por ultimo, el equipo más suave de toda la tabla “Los Tecnodidactas” de Marta Lucía Ramírez, un equipo que se dedicó a aprender todo lo necesario con vídeos en Youtube. Es la segunda vez que se meten en la contienda, a pesar de las advertencias sobre no volver a participar, porque nadie los iba a querer, ahí siguen, un equipo con alineaciones conservadoras, se quedan siempre atrás para que nadie los ataque, nadie sabe cómo llegaron a participar junto a los más peligrosos, sin embargo, parecen simpatizar con los equipos fuertes para que estos les den apoyo y patrocinios. La estrategia del equipo es buscar por Youtube vídeos de los otros equipos y aprender cómo juegan, infortunadamente para ellos, las estrategias de los otros equipos no les funcionan, y al final siempre les toca prestar jugadores para ayudar a los demás.

Este es el grupo de la muerte de Colombia, una confrontación supremamente difícil y peligrosa, en la que la lucha será constante y corrupta por la inversión de dinero por parte de las instituciones organizadoras con cada uno de los equipos. Afortunamente, aún queda esperar las finales, cuando de este grupo solo pasen dos y se enfrenten con verdaderos rivales con estrategias nuevas para el país. Ojalá la hinchada no los deje solos.

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