Los medios de comunicación han sido denominados como el ‘Cuarto Poder’ y con una muy buena razón. La toma de decisiones políticas, sociales y económicas tienen inevitablemente la influencia de los medios, que se encargan de elementos como: movilización de las masas, información que genere indignación, datos de relevancia sobre lo que es y no conveniente en la toma de decisiones de un país.

Hemos sido testigos de cómo jueces son presionados gracias a los medios, y sus decisiones judiciales son aceleradas o cambiadas en algunos casos; cómo algunos políticos logran llegar a ocupar cargos que no creían posibles gracias a la viralización de algo que les favorece; inclusive, evaden la justicia por el apoyo de los medios.

Sin embargo, los medios también se prestan muchas veces para el apoyo de la corrupción, el impulso de falsos ideales, la mal información y el engaño al pueblo para mantenerlos callados y apacibles.

En Colombia, por supuesto, somos más cercanos a esta última conducta que a la virtud mediática. La corrupción ha permeado hace mucho tiempo al ‘cuarto poder’ y perdieron la confianza y legitimidad que este podría haber tenido, ya no es más que una utopía social.

Caso tal de este fenómeno, es la periodista y presentadora del canal RCN, Claudia Gurisatti, quien ha sido fuertemente criticada por su posición convergente con los procesos de paz desarrollados en Colombia, específicamente, el proceso con las Farc.

Gurisatti que a través de su cuenta de twitter, argumenta que es una irracional atacarla por sus criticas, en razón a que “ella siempre denunciado a los criminales”, dicho esto, se generó una oleada de remembranzas e indignaciones por parte de varios twitteros que no temieron señalarla como una doble moralista, por su incoherencia, basados en las numerosas entrevistas hechas por parte de Claudia al exjefe paramilitar, Carlos Castaño.

Castaño, que en su momento fue de los peores males que tuvo el país y que fácilmente podía ser catalogado como uno de los criminales más sanguinarios, siempre se le notó en sus entrevistas con Gurisatti de la manera más cómoda y confianzuda, dejando entrever un lazo de confianza con la periodista, cosa que no es nada coherente con el “ideal” de Claudia de denunciar a los criminales.

Evidentemente, esta sólo opina en favorecimiento de lo que le conviene, lo cual es un daño inmenso para el poder mediático del país, en donde necesitamos más personas que digan las cosas como son, y las digan como se debe, no importa su posición política, religiosa ni moral, se debe respetar al pueblo y no manipularlo a través de la mala información.

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