Uno de los temas más controversiales de las sociedades y la política, tienen que ver con los derechos de las personas pertenecientes a la comunidad LGBTI, lo que se ha convertido inclusive en herramienta para campañas políticas de los partidos más tradicionales, retrógrados y conservadores.
Dentro del basto problema con las personas de tendencias sexuales diversas, nace uno bastante escandaloso para los conservadores: el derecho a la adopción, el cual a pesar de los esfuerzos, aún no se ha podido lograr.
En Colombia este derecho es “gestionado” por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, y para ello implementan una serie de estrictos requisitos que permite evaluar si una familia es apta o no para adoptar.
A pesar de tener factores objetivos para determinar la adopción, el sólo hecho de ser homosexuales ya es una causal de negación inmediata; esto es lo que más problemas le generó a Chandler Ellis Burr, un periodista estadounidense que quiso adoptar dos niños campesinos de 9 y 13 años, pero comenzó a experimentar problemas cuando reveló su preferencia sexual.
El hombre cuenta para el programa de ‘Los informantes’ que, tan pronto hizo publica su homosexualidad, los funcionarios del instituto comenzaron a hacer tambalear sus derechos adoptivos ya adquiridos, lo que llegó a poner la custodia de sus dos hijos en grave peligro.
La primera herramienta legal utilizada en el caso, según explicó revista Semana, fue una impugnación por parte de la Procuraduría al documento que avaló la adopción del periodista estadounidense, bajo el argumento de haber omitido información. Esta situación en últimas resultó a favor de Burr, pero este comenta de manera indignante como tuvo que enfrentarse a los argumentos más radicales y retrógrados del país, al punto de catalogarlo como “ignorancia medieval”.
Según el periodista, cuando se supo de la situación, lo primero que hicieron fue someterlo a un examen psicológico en el que lo trataron como “un enfermo mental”, lo que resultó irónico al contrastarse con los relatos de sus hijos adoptivos, quienes comparan su vida cuando estaban con sus dos padres heterosexuales y tenían que aguantar que su padre colombiano llegara borracho a golpear a su madre cada vez que podía.
No obstante, a pesar de los contrastes de la realidad, fue a Chandler Ellis a quien trataron como si ser homosexual fuera una condición de extremo peligro y antinatural.
Mientras tanto, los dos pequeños que el periodista adoptó, crecieron con gran felicidad al ver que no era el gusto sexual de su padre lo que los preocupaba, sino que este les brindara amor y jugara con ellos, lo que realmente hizo y dan fe de eso hoy después de 7 años de haber sido adoptados.
El mayor de ellos describe gran prosperidad en su vida después de haberse criado con un homosexual, y resulta ser una de las pruebas vivas de que al momento de la adopción la tendencia sexual no es lo que realmente influye en la crianza. Fuente consultada:
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