No es de extrañarnos que alguien como Germán Vargas Lleras, esté totalmente desfasado de la realidad social de Colombia, después de todo, haber nacido en cuna de oro, y tener durante toda su vida privilegios de alta alcurnia, no le permiten observar los factores más íntimos y realistas de la sociedad.
El problema de esto se refleja en este momento cuando el nieto de Carlos Lleras Restrepo pretende llegar al alto mando del país con total desconocimiento de las necesidades del pueblo, por lo que crea un plan de trabajo y propuestas, basado simplemente en el populismo y los discursos adaptados a ideologías pasionales, sin el más mínimo análisis adaptado a la realidad.
Caso de lo anterior se puede ver en la propuesta de Gobierno hecha publica a través de su cuenta de Twitter, en la que propone endurecer las penas de internamiento para menores de 18 años y un programa de transición a centros de reclusión especial para los mayores de edad cuando sean sanciones graves, proponiendo básicamente que en Colombia se pueda enviar más gente a la cárcel, de manera más fácil, sin importar que hayan llegado a la mayoría de edad.
El precandidato Vargas Lleras, parece desconocer que las cárceles en Colombia tienen uno de los hacinamientos más altos del continente, superando en promedio casi el 300%, dejando como resultado el internamiento en condiciones no aptas, con esparcimiento de enfermedades y aumento de la criminalidad interna, sin mencionar que el factor de resocialización de estas desde hace años está desapareciendo, y en lo que en realidad se están convirtiendo los centros de reclusión, es en escuelas del delito, teniendo como resultados creaciones de mafias desde la cárcel, dirección delictual tanto interna como externa, extorsiones y homicidios programados, un aumento alarmante de abusos sexuales, maltrato y violaciones de derechos humanos.
Vamos a endurecer el régimen de internamiento para infractores entre 14 y 18 años e implementar un programa de transición a centros de reclusión especial para mayores de 18 años cuya sanción es grave.
— Germán Vargas Lleras ()
Aún así, es más fácil para Vargas Lleras acudir al populismo y la demagogia, aparentando ser el héroe que necesita el país, el castigador que acabará con los crímenes imponiendo penas más altas para los menores de edad. ¿Por qué no primero pensamos en educar a todos esos menores y así evitamos tener que aumentar sus penas, señor Lleras? ¿Por qué la solución para la falta de educación y el aumento de la criminalidad en menores no es la educación y la creación de programas especiales para alejarlos del crimen?
Vargas pretende imponer en un país con los índices educativos más bajos, reglas de castigo más altas, propone invertir en formas de castigo para menores, cuando con ese presupuesto fácilmente se puede invertir en educación, infraestructura, tecnología, deporte, salud, programas especiales para darle a los menores de edad una guía para su vocación, para alejarlos de los factores negativos de la sociedad, para crear personas de bien, personas con visión de futuro y aspiraciones de trabajo por el país, que sean personas adaptadas a la realidad social y que conozcan las normas de convivencia de un Estado social de derecho, logrando aportarle a éste un desarrollo evolutivo que gradualmente elimine la necesidad de crear penas para menores de edad.
Pero como siempre, es mucho más fácil apuntar al populismo punitivo, “¡Cadena perpetua!”, “¡Condena de muerte!”, “¡Más cárcel para todos!”, en vez de invertir en planes que realmente nos ayuden a generar un mejor país, así que hoy proponemos algo más coherente para cambiar el país “¡Educación gratuita para todos!”, “¡Más recursos para las escuelas y universidades públicas!”, “¡Programas sociales encaminados al desarrollo laboral y educativo para acabar con la pobreza!”
Ojalá tengamos un candidato – y que la gente lo apoye – que proponga brindarle a nuestros jóvenes la mano, y no la cárcel, que sea más fácil tomar iniciativa para coger un libro y proponer hacer una guerra intelectual, que coger un fusil y hacer una guerra social. Mientras tanto, rogar que el régimen de “coscorrones” no logre su cometido de mantener un país sin educación como criminales, por el contrario, logremos guiar a la juventud y toda la sociedad a la creación de un país educado.