Andrés Felipe Arias recientemente condenado a 17 años y 5 meses de prisión por el sonado escandalo de Agro Ingreso Seguro, en el que se le señaló por irregularidades en la entrega de dineros para el desarrollo de los campesinos, desviando los recursos para entregárselos a algunas de las familias más ricas del país, ahora pretende usar estrategias de manipulación sentimentalista para pedir que se otorgue una nueva oportunidad de analizar su caso y lograr ser absuelto de cargos.
En la misiva dirigida al Presidente de la Republica, la esposa de Arias, Catalina Serrano, pide “acudir a su corazón, como padre de familia” para que haga uso de sus facultades como primer mandatario del país, para que ordene en el Congreso una reforma constitucional, y de esta manera se le otorgue a los condenados por la Corte Suprema de Justicia, otra instancia más, para que pueda defenderse casos como el de su esposo. Teniendo en cuenta que para el tema de Arias, ya hubo peleas judiciales, incluida la lucha en Estados Unidos para evitar la extradición a Colombia para el cumplimiento de la pena.
En síntesis, Catalina Serrano en la carta expresa que ha pedido a “Dios que me ilumine para poder escribirle esta carta, al mismo Dios que le permitió a usted ser el presidente de los Colombianos, de ese país al que tanto amamos y extrañamos” y que de esta forma decidió acudir a los sentimientos del Presidente para que como padre de familia entienda la situación por la que está pasando Andrés Felipe, y la importancia que tiene para un ser humano estar rodeado de su familia y del amor que esto amerita.
Agrega en la carta, que además de todo esto, acude ante él para que “como jefe de Estado y garante de la Constitución y los derechos, haga una paz política con justicia real”, y ejerza las influencias a su favor y logre que en el Congreso se apruebe una reforma a la Constitución de 1991, que tenga carácter y efecto retroactivo, con la que todos los colombianos tengan derecho a defenderse de las injusticias, “pues los derechos humanos son atemporales”, agrega en la misiva.
Termina la petición al Presidente, reiterando que las facultades y obligaciones del primer mandatario, lo obligan a proteger a todos los colombianos de “las injusticias a manos de los hombres” y que los jueces más capacitados siguen teniendo calidad de humanos, lo que pone en duda sus decisiones judiciales y que estos pueden incurrir en errores, y que es una injusticia, y adiciona que “Cuando se condena a una persona inocente, se comete una gran injusticia con esa persona y con su familia. Y cada vez que se comete una injusticia contra una familia, se comete una injusticia contra toda la sociedad.”
No deja mucho para pensar la carta de Catalina, sino que es una mujer dolida que no logra asimilar y aceptar que su esposo cometió un delito, y que este ya tuvo un proceso judicial, extenso y justo, que al haber sido juzgado por la Corte Suprema de Justicia, ya llegó a una instancia tan alta, que no hay forma de imponer otra instancia para que analice el caso, y que sus exigencias, realmente se tornan absurdas, cuando hay que ser correctos con las situaciones del país y no creer que acudiendo al sentimentalismo, se puede cambiar la objetividad de la justicia.