Este jueves se presentó un hecho bochornoso por parte del abogado Abelardo de la Espriella, quien mientras se encontraba en una entrevista realizada por Vicky Dávila en la W Radio, le buscó pelea a su contradictor de panel.

Todos los medios de comunicación, incluido Voces, en medio de la euforia e indignación por lo que había ocurrido, por lo menos este portal, colocó de titular “pelea entre”, algo que no correspondía a la realidad, dado que no hubo una “pelea”, sino un ataque directo del jurista contra Ariel Ávila.

Este tema fue recalcado cientos de veces en las redes sociales cuando se compartía la noticia que cada medio sacó, ya que en realidad De la Espriella fue el que actuó de altanero, grosero, violento y la emprendió de una forma inculta y digna de un delincuente, contra el director de la fundación Paz y Reconciliación.

Así las cosas, es un error asegurar que hubo dicha “pelea”, toda vez que en todo momento Ávila se mostró calmado y con pocas alteraciones por los insultos que estaba recibiendo; es más, en la ocasión cuando el abogado estaba emitiendo más gritos, él le recordaba a Vicky que se encontraba calmado frente a la situación.

Es menester recalcar que Colombia no merece que los violentos, que dicen estar luchando contra otros violentos, tengan voz en los micrófonos de los medios de comunicación del país, ya que lo único que están haciendo es avivar la cultura de la agresión y violencia.

Acá puede ver la peor parte:

Abelardo se ufana de pertenecer a una élite de esta región, cuando su comportamiento se asemeja más a alguien que no ha pasado por una institución educativa (es un dicho, porque la universidad no exactamente te vuelve culto ni buen ciudadano); además, realiza encuentros con el presidente electo, invitándolo a cenar en lo que parece ser su casa, según unas fotografías de instagram.

En ese sentido, queda la duda si el nuevo gobierno mantendrá a su lado personas que solo saben usar la agresión para expresar sus ideas, o cambiará ese aspecto para mejorar.

Vea todo el debate:

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