La polarización poco objetiva en cuestiones de crítica política es algo tan común, que parece hacer parte de la política misma.En Colombia sobre todo, tenemos militantes de partidos que apoyan o critican ideas dependiendo del cerebro que las piense y la boca que las diga.

Este fenómeno hoy le tocó al periodista y columnista de la revista Semana, Daniel Coronell, quien siempre ha sido aplaudido y admirado por sus críticas directas y sin titubeo en contra de los corruptos de la política tradicional, en especial de el ex presidente Álvaro Uribe Vélez.

Sin embargo, ahora Coronell se tomó el atrevimiento de hacer referencias sobre Gustavo Petro y aprovechó para lanzarle unos comentarios al ex alcalde de Bogotá y hoy candidato a la presidencia, al que ve como un egocéntrico que se auto cataloga como “el primer hijo del pueblo” apto para ser presidente, pero que esto no lo podrá lograr si no aprende a leer estadísticas, esto en razón a su “crecimiento” por las cifras mostradas en las encuestas, que ha llevado, según Coronell, a Petro a vivir este delirio de grandeza, pero que es esto mismo lo que lo guiará, si no recapacita sus miras en la política, a ser “una alternativa inviable para la presidencia” o en otro caso similar, sólo serviría como un “aliado tóxico para cualquier coalición”, expresa Daniel en su columna:

El columnista agrega además aspectos positivos como que Petro fue un “gran legislador”, aunque aclara que el candidato habría podido tener continuidad con esta virtud si no es porque su vanidad le ha hecho perder sensatez política.

Estas apreciaciones fueron recibidas con una gran critica para Coronell, pues sus lectores están acostumbrados a que ataque personajes de la corrupción política tradicional colombiana, y consecuentemente, esperan apoyo por todo lo que tenga tintes de alternatividad, pero Daniel al parecer prefiere hacer sus apreciaciones objetivas, sin importar el color que abandere a la persona.

Para algunos esto no ha sido bien visto y han caído en el punto de la incoherencia de amar a Daniel Coronell cuando critica a Uribe y demás personajes de la política tradicional, pero lo odian tan pronto toca de manera leve a los políticos alternativos. Por supuesto, hay personas que entienden la objetividad de Daniel y aprecian que exprese en los términos necesario de cualquier persona.


Con esto, nos queda para analizar si los colombianos realmente estamos siendo objetivos al momento de pensar en política o no hemos caído en cuenta aún del encierro que nos está haciendo la cámara de eco, en la que nos sentimos cómodos y no nos atrevemos a mirar fuera de ella, a ver si en realidad estamos apostándole a candidatos por sus capacidades o porque es lo que nos hacemos creer. Esta es la columna en semana.com.

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